Derrota en el Sánchez Pizjuán (2-0)

El Girona ha caído por 2-0 ante el Sevilla de Pablo Machín en el Sánchez Pizjuán, en un partido especial por el montón de reencuentros entre el staff técnico del conjunto andaluz y todos los amigos y conocidos que aún guardan de su exitosa etapa en Montilivi. Muchos abrazos y saludos efusivos antes del partido, pero con el balón en juego cada uno se ha centrado en cómo hacer daño a sus rivales. Sobre el césped, dos novedades en el once de Eusebio: el regreso de Douglas Luiz en la medular y la primera titularidad de Valery Fernández en Primera División ocupando el carril izquierdo.

Pocas ocasiones claras pero mucha intensidad en un primer tiempo igualado, que el Girona ha dominado por fases llevando el peso de la posesión. El partido estaba rápido y muy disputado, a pesar de las dificultades que encontraban uno y otro equipo para finalizar las jugadas con peligro. De nuevo Gorka Iraizoz ha estado providencial evitando que se avanzara el Sevilla, especialmente en una ocasión de Sarabia y otra de Roque Mesa antes del descanso. La más clara del Girona, un remate a bocajarro de Stuani a centro de Portu que el portero Vaclík ha rechazado con fortuna con la cara.

La intensidad del primer tiempo hacía prever una segunda mitad de lo más competida. Pero un penalti transformado por Banega a pocos minutos de comenzar ha desencadenado todo el poder ofensivo de los de Machín ante un Girona superado. Una gran jugada colectiva finalizada por Sarabia en el minuto 64 (2-0) terminó por hundir las aspiraciones de los de Eusebio, que se han derritido como un terrón de azúcar ante la avalancha sevillista. De hecho, la única ocasión ha llegado en el descuento, con un disparo potentísimo de Borja García que Vaclík evitó que entrara por la escuadra. Podría haber sido el gol del honor tras un segundo tiempo muy gris. Malas sensaciones que tocan revertir el próximo viernes, a las 19:30h, ante el Getafe en Montilivi.